Isa Boyd con taza de cerámica en la mano sobre fondo blanco

Isa Boyd: cerámica con alma para los rituales de cacao

En Ronda, en un pequeño taller lleno de luz, Isa Boyd transforma el barro en piezas que parecen guardar silencio y tiempo. Su historia no comienza en un torno, sino en un viaje de búsqueda interior. Dejó su Fuengirola natal para estudiar Enfermería en Ronda, ciudad que le regaló amor y una vida nueva. Durante años trabajó en distintos lugares de España y del mundo, pero algo en su interior seguía inquieto, como si la verdadera raíz la estuviese esperando.

Un regreso a la raíz


El regreso a Ronda fue también un regreso a sí misma. Buscando una actividad que la ayudara a reconectar, se inscribió casi por azar en unas clases de cerámica. Ese gesto sencillo abrió una puerta inesperada. Desde la primera vez que sus manos tocaron el barro sintió una certeza: había encontrado un lenguaje propio. Lo que empezó como pasatiempo se convirtió en un territorio de calma, creatividad y escucha. Con paciencia, aprendió técnicas, colores y esmaltes, descubriendo en cada pieza un diálogo íntimo entre la materia y el corazón.

El barro como lenguaje

Cuando llegó la pandemia, el tiempo se volvió espacio de creación. Con un torno, un horno y mucha curiosidad, Isa empezó a trabajar cada día, dejando que las formas surgieran sin prisa. Compartió sus primeras piezas en redes y la respuesta fue inmediata. La cerámica, que hasta entonces era una intuición, se convirtió en un lugar de encuentro con el mundo y consigo misma.

Hoy, su taller es un refugio donde la imaginación fluye sin exigencias. Isa sigue desempeñando su labor en la recepción de un hotel, y esa decisión, lejos de restar, le da a su arte una libertad especial. Cada taza que sale de sus manos lleva esa huella: una conversación lenta entre el barro y su propio ritmo vital.

Amistad, arte y cacao

Su camino se cruzó con Sumay Cacao desde la afinidad de un mismo espíritu. Isa crea para Sumay una colección exclusiva de tazas pensadas para acompañar el ritual del cacao ceremonial. Piezas únicas que invitan a la quietud, a la contemplación, a convertir una bebida en un momento sagrado. En cada una vive una historia de búsqueda y belleza, de tierra y agua, que se despliega al calor de una taza de cacao.

Entre risas y cacao, celebramos la amistad y la creación.
Con Isa, que se ha convertido en una amiga, las tardes en su casa–taller son pura inspiración: charlas junto a la chimenea, gallinas paseando por el campo, tazas en mano y sueños de nuevas piezas para Sumay y otros proyectos.
Descubre aquí las tazas de Isa Boyd que acompañan este momento y guardan la magia de cada encuentro.

Regresar al blog